¿Cómo recuerdas tus primeros días en AITEX?

Hace 35 años crucé por primera vez las puertas de AITEX con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo. Era joven, estaba lleno de expectativas, y me incorporé gracias a una beca IMPIVA para trabajar en el laboratorio químico, en materiales compuestos y tejidos especiales. No podía imaginar el impacto que esta experiencia tendría en mi vida. Todo era nuevo, los procesos eran manuales, el correo electrónico era una novedad, y las reuniones se hacían con documentos impresos. Adaptarme a aquel entorno fue un reto, pero también el inicio de un camino profesional y humano que ha marcado mi vida.

¿Cómo ha sido tu evolución profesional dentro del instituto?

He tenido la suerte de desarrollarme en varias áreas. Comencé en el laboratorio químico textil, pasé por el departamento de aguas residuales, y más adelante asumí el rol de gestor de innovación tecnológica. Actualmente, formo parte del Departamento de I+D, donde trabajo en proyectos de investigación aplicada junto a empresas que requieren nuestros servicios. En todos estos años he aprendido a reinventarme, a adaptarme a los cambios tecnológicos y de mercado, y a mantenerme en constante formación. Esta evolución ha sido una de las mayores fuentes de satisfacción personal y profesional.

¿Qué papel ha jugado AITEX en tu desarrollo como persona y como profesional?

AITEX ha sido mi escuela y mi entorno de vida. No solo me ha formado profesionalmente, sino que me ha hecho crecer como persona. He trabajado con compañeros extraordinarios que me han dejado una huella imborrable: algunos se han convertido en grandes amigos, otros han sido modelos a seguir. Gracias a ellos he superado retos, aprendido de los errores y disfrutado de muchos logros compartidos. Cumplir 35 años en la misma organización es más que una cifra: representa dedicación, lealtad y pasión por lo que hago.

¿Cómo te ha ayudado AITEX a crecer como profesional?

Personalmente, siempre me he sentido muy valorada y respaldada en mi formación, lo que me ha permitido adaptarme a las necesidades de AITEX a lo largo de mi trayectoria profesional. He vivido la evolución tecnológica desde el uso de la máquina de escribir manual hasta la implementación de avanzados programas informáticos que optimizan la gestión, redacción y envío de los informes técnicos de ensayo.

En cuanto a la formación, AITEX ha promovido siempre un plan adaptado a cada persona, en función de sus responsabilidades y del desarrollo de nuevas competencias. Esta visión ha permitido que quienes asumimos nuevos retos o cambiamos de área contemos con los conocimientos y herramientas necesarias para desempeñar nuestras funciones con excelencia.

¿Qué momento o hito destacarías especialmente de estos años?

Uno de los hitos más relevantes para mí ha sido el traslado a nuestra nueva sede. Supone mucho más que un cambio de edificio: es una apuesta firme por un entorno moderno, eficiente y sostenible. Ha permitido optimizar procesos, fomentar la colaboración entre equipos y responder con mayor agilidad a las exigencias del sector. Este cambio ha consolidado a AITEX como referente en innovación, tanto por su infraestructura como por su cultura organizativa. Ver esa evolución desde dentro ha sido un privilegio.

¿Qué mensaje darías a quienes comienzan ahora su camino profesional en AITEX?

Les diría que nunca dejen de aprender, de adaptarse y de buscar su propio camino. Cada oportunidad cuenta, cada experiencia suma, y el tiempo pasa más rápido de lo que parece. Disfrutar del viaje es tan importante como llegar a la meta. Lo esencial es mantenerse con una actitud positiva, aprovechar el conocimiento colectivo del equipo y contribuir con compromiso. Cada huella que dejas en el camino forma parte de tu historia.